La categoría de nata muestra, a priori, un menor dinamismo que las de mantequilla o batidos. De hecho, el año móvil que estamos tomando como referencia para los datos de IRI incluidos en el presente ejercicio (cerrado al pasado mes de octubre) arrojan un crecimiento de una medio punto en volumen, que se transforma en un retroceso de una décima en valor, después de que el precio medio de la categoría se contrajese un 0,6%.
En todo caso, la situación dista de ser la misma para todos sus segmentos. La “líquida para cocinar” avanza un 1,3% en volumen (1% en valor) y aporta el 55% de las ventas de la categoría en términos físicos y prácticamente el 48% de sus ventas. Y lo hace a pesar de la creciente competencia de fórmulas con un menor contenido en grasa, como la leche evaporada, dominada tradicionalmente por Nestlé (‘Ideal’), si bien en los últimos tiempos se han sumado nuevos operadores tanto desde el lado de las marcas de fabricante (‘Central Lechera Asturiana’) como de la MDD. Otra alternativa saludable es el preparado de soja para cocinar lanzado también por Capsa. En todo caso, la categoría de nata ha conocido también su propio desarrollo saludable, con referencias con un menor contenido graso o dentro de la gama de lácteos digestivos, sin lactosa.
Los mayores crecimientos, en todo caso, han correspondido a la nata fresca ya la nata en spray. La nata fresca es un producto de innegable origen francés, hasta el punto de que “crème fraîche” es su denominación comercial más común también en el mercado español. Producto tradicionalmente dominado por Lactalis (‘President’), en los últimos tiempos se han incorporado a la categoría Kaiku, Triballat con una variedad ecológica (‘Vrai’), empresas de alcance más local como Priégola, así como buena parte de las cadenas de distibución con sus propias enseñas.
En cuanto al producto en spray, muy vinculado a la (cada vez más amplia) temporada de fresas, ha avanzado un 8,6% en volumen, si bien con una rebaja de su precio medio del 4,4%.
Mención aparte merecen lascremas de leche para el café que IRI incluye dentro de esta categoría, con crecimientos cercanos al 11% en volumen y al 9% en valor. Su cuota, en todo caso, apenas llega a las siete décimas en volumen, para una participación en valor del 1,3%.