“El canal Horeca sigue mostrando una clara tendencia a crecer en los próximos años”. Esta afirmación, repetida una y otra vez desde el sector, cobra sentido al entender que se sustenta sobre el potencial de sustitución que todavía acumula el canal. La industria destaca que se trata de un canal cada vez más profesionalizado, en el que en paralelo al cierre en centros de baja calidad se produce un crecimiento de puntos de más alto nivel. Por otro lado, a pesar de la fuerte crisis del foodservice, el turismo compensa globalmente el sector, manteniendo volúmenes de compra en masas congeladas.
“El canal Horeca sigue mostrando una clara tendencia a crecer en los próximos años”. La industria de masas congeladas continúa repitiendo esta afirmación como si de un mantra se tratase, a pesar de que el desgaste de seis años de crisis de consumo ha venido afectando año a año a la mayor parte de los operadores de restauración que, según datos del INE, acumulan una caída en la cifra de negocio del 23,4% entre 2007 y 2012, y han visto como se han cerrado 12.000 unidades tradicionales entre 2009 y 2011, según datos del Anuario de Nielsen. Respecto al consumo de pan y bollería en el canal, atendiendo al estudio ‘Análisis cualitativo de las Tendencias de la Restauración en 2012’ publicado por el MAGRAMA, el consumo per cápita de estas familias en Horeca habría descendido un 16%. Hay que señalar que este dato del informe 2012 se refiere a 2010, y aunque no hay datos más recientes, todo parece indicar que el comportamiento del consumo para estas gamas de productos no ha repuntado en los últimos ejercicios. De hecho, quizás sea más acertado estimar un comportamiento a la baja, si bien mantendría su valor de mercado en una horquilla de entre 320 y 350 M€.
No todos los indicadores son recesionistas en el canal. Nuestros compañeros de la revista ‘Hostelmarket’ afirman que, al término de 2012, los 200 principales grupos y empresas de restauración comercial organizada reunían un total de 9.753 locales, un 5,5% más que en 2011. Los hoteles, por su parte, según los datos de la Federación Española de Hostelería, habrían aumentado su número en alrededor de 500 establecimientos entre 2008 y 2012. La misma fuente afirma que el subsector de las colectividades, habría registrado un crecimiento en la producción de un 15,1% respecto a 2008.
La tan repetida afirmación que pronostica un futuro brillante para Horeca, sin embargo, cobra sentido al entender que se sustenta sobre el potencial de sustitución que todavía acumula el canal. Es algo parecido a lo que sucede con el consumo nacional de pan. A pesar de que históricamente los ratios de consumo per cápita no dejan de bajar, la sustitución de producto fresco por congelado se mantiene. Uno de los problemas detectado por la industria es que con una demanda en caída y un escenario de crédito y ahorro cuanto menos complicado, el tipo de local independiente tiende a reducir su capacidad de innovación, se va quedando anticuado y con una oferta muy tradicional, lo que ralentizaría la citada sustitución. Aún así, la industria no duda en transmitir buenas sensaciones. Por un lado, destaca que se trata de un sector cada vez más profesionalizado, en el que en paralelo al cierre en centros de baja calidad se produce un crecimiento de puntos de más alto nivel. Por otro, que a pesar de la fuerte crisis del foodservice, el turismo compensa globalmente el sector, manteniendo volúmenes de compra en masas congeladas. Añaden además que, aunque tocado, el foodservice está mostrando un mejor comportamiento que el canal tradicional -panaderías, tiendas de alimentación, etc-.
Precio, sensaciones, salud y monoraciones
El reflejo de estos últimos años de crisis de consumo se ha dejado sentir, en paralelo a la práctica totalidad de los sectores, en el vector precio. La exigencia en este sentido continúa absolutamente vigente en el canal Horeca, tanto para productos básicos como para gamas de calidad. Más allá de esto, que puede considerarse una obviedad, aunque sea el mayor condicionante de la cadena de valor sectorial, hay algunas tendencias que continúan cobrando fuerza. Por un lado, el progresivo incremento de la identificación de la demanda del canal con la del canal convenience. El gasto de personal en una situación de crisis obliga a los gestores de Horeca a invertir el menor tiempo posible para terminar el producto, lo que supone ahorros en instalaciones, energía y formación. Así, más que nunca, los productos sencillos de acabar y los terminados tienen abiertas las puertas del segmento.
Por otro lado, la tendencia de producto en hostelería se dirigen a crear formatos progresivamente más pequeños e individualizados, con el foco puesto en la comodidad y la demanda saludable por parte del usuario y en la minimización de mermas de producto por parte del profesional. La industria tampoco olvida las últimas tendencias en alimentos saludables, que ayuden a equilibrar la dieta. Son los productos que incluyen fibra, cereales, bollería baja en grasas trans, etc. Por último, continúa siendo tendencia, especialmente en los establecimientos de mayor nivel, la oferta de productos que incidan en el aspecto emocional del consumo, que permitan experimentar con sabores nuevos e intensos.
A nivel multicanal, la batalla comercial en el mercado español de masas congeladas se continúa moviendo al ritmo de sus tres protagonistas principales, Europastry, con ventas consolidadas de 362 M€ en 2012, Grupo Panstar, que declara una facturación de 185,5 M€ y la división de congelado de Berlys Corporación Alimentaria, que declaró ventas de 157 M€ durante el pasado ejercicio. Sin embargo, desde el sector se apunta que el incremento de pequeños operadores con estructuras de costes ajustadas y un ámbito corto de actuación, que les permite ser eficientes en costes logísticos, está generando durante los últimos años el crecimiento de una nueva competencia local, también en foodservice. En este marco, las compañías de masas congeladas encuentran cada vez más dificultades para aumentar su portfolio de clientes en el ámbito nacional.
Los ejes principales de la estrategia del sector en España pasan por la mejora en los ratios de productividad y, en no pocos casos, por la reducción de márgenes comerciales. En paralelo, desde la industria se conjugan estos dos vectores con el desarrollo y el fomento de la penetración de una cartera de productos de valor añadido, y con un continuado esfuerzo por ganar presencia comercial fuera de nuestras fronteras.
Europastry marca el camino
La apuesta por el valor añadido y la generación de nuevas redes propias de establecimientos que combinan el punto de venta con la restauración son tendencia en la actividad de las masas congeladas en foodservice. Estas tendencias se reflejan en las últimas actuaciones del líder nacional del sector. Así, Europastry iniciaba el pasado mes de mayo el proceso de expansión mediante franquicias para su enseña de panaderías ‘SantaGloria’. La firma, posicionada en el segmento de panaderías premium con cafetería degustación, apuesta por doblar en 2013 el número de panaderías, actualmente cuenta con 11 locales entre Barcelona y Madrid, y superar las 50 en 2015, cubriendo todo el territorio nacional. Respecto a los próximos objetivos en la expansión de la cadena de panaderías, el pasado 29 de abril la revista ‘Hostelmarket’ publicaba una entrevista con Óscar Vela, director general España y Portugal de Áreas, en la que este desvelaba que contaba con la enseña ‘SantaGloria’ entre el portfolio de marcas de próxima implantación en el aeropuerto de Madrid, una vez que Áreas se adjudicase recientemente la explotación de 47 locales de restauración en el aeropuerto de Barajas. ‘SantaGloria’ es un concepto de panadería basado en un producto artesano de calidad elaborado en un horno de cocción a la vista del cliente, una gama que se complementa con otras ofertas de tendencia internacional, todo ello cubriendo toda la franja horaria de consumo.
En la misma línea de calidad, esta vez en el ámbito industrial, se encuentra la nueva factoría de Europastry en Sarral (Tarragona), inaugurada el pasado mes de febrero, con una inversión de 20 M€ y dedicada a la elaboración de bollería prefermentada de alta gama. A continuación, la compañía lanzaba su nuevo sello de calidad ‘Viennoiserie Caprice’, que relaciona a sus productos de bollería con el uso de ingredientes de alta calidad, elaborados siempre con mantequilla, y sometidos a procesos de elaboración premium que incluye largos reposos de las masas. Según las previsiones de Europastry, la producción de las nuevas instalaciones de Sarral será exportada en un 50%, con destino a Alemania, Holanda, Estados Unidos, Singapur, Corea del Sur o Francia. Al cierre de 2012, Europastry generaba ya el 20% de sus ventas en terceros mercados, liderando también este aspecto entre los operadores nacionales, una cuota significativa en un sector que por sus propias características no había empezado a mirar más allá de nuestras fronteras hasta hace relativamente poco tiempo.
Estas actuaciones de Europastry en Sarral se desarrollaron en paralelo a la ampliación de su factoría de Vallmoll -enmarcada en el capítulo de mejora de ratios de productividad-, en la que invirtió 18 M€ a lo largo de 2012, según anunció la compañía, para implementar diversas mejoras industriales en las líneas de panes rústicos y bollería prefermentada. Este presupuesto incluía asimismo la incorporación de nueva maquinaria de envasado para las rosquillas fritas ‘Dots’.
Panstar refuerza nuevas áreas de crecimiento
En línea con las tendencias detectadas para los grandes grupos del sector, el segundo operador nacional, Grupo Panstar, está focalizando sus esfuerzos en 2013 en el desarrollo de su actividad en panes de valor añadido, en este caso panes rústicos, dando continuidad al proyecto iniciado en 2012 y que está previsto que vea la luz este año con el lanzamiento de una nueva gama de panes con largos procesos de reposo y fermentaciones. Para ello, Panstar mantiene el nivel de inversiones de 2012 -alrededor de 12 M€-. En la misma línea del valor añadido, la zaragozana Panishop presentaba el pasado mes de junio una nueva gama de panes bajo la enseña ‘Slow Baking’, cuyas principales características son la utilización de masas madres de cultivo, largos procesos fermentativos y la carencia total de aditivos.
Siguiendo con la actualidad de Grupo Panstar, el pasado mes de mayo el grupo anunciaba el inicio de la producción de rosquillas fritas en sus instalaciones de Enguera (Valencia), asumiendo la fabricación que hasta la fecha elaboraban terceras empresas. Para ello, el grupo liderado por la familia Martínez ha puesto en marcha una nueva línea de producción con una inversión de 2 M€. El lanzamiento comercial del producto ha estado acompañado de la presentación de la nueva enseña ‘Hoops’, paraguas de esta nueva gama de alta rotación, lista para consumir tras descongelar y libre de grasas hidrogenadas.
En otro orden de cosas, y en lo que suponía una triste coincidencia con Europastry, el pasado mes de abril un incendio afectaba a las instalaciones de Grupo Panstar en Palma de Mallorca. Poco tiempo después, fuentes de la compañía confirmaban su decisión de reconstruir las instalaciones localizadas en Mercapalma, que actualmente se encuentran sin actividad. Esta planta es operada a través de Frimar Panaderos Baleares, con una facturación de 8,36 M€ en 2011 -último dato conocido- y, como se recordará, fue adquirida en 2006 por Nuevos Desarrollo Panaderos -antigua razón social de Panamar Panaderos- a Distribución Mercat (Grupo Eroski). Su producción está destinada al mercado balear.
Mercapital lidera la reestructuración de Panasa
La actualidad de Berlys, por su parte, pasa por la profunda reestructuración acometida en su configuración societaria, iniciada durante el segundo tramo de 2012. El nuevo equipo directivo que maneja el grupo desde agosto de 2012 ha liderado estos cambios, que han dado como resultado la puesta en marcha de Berlys Corporación Alimentaria. “Con el objetivo de simplificar la administración y gestión del negocio y generar ahorros operativos” Panaderías Navarras ejecutaba en noviembre una operación de fusión societaria de 11 compañías del grupo en las que Panasa participaba el 100% del capital, con efectos contables a 1 de marzo de 2012. Berlys Alimentación, la sociedad encargada de la gestión del negocio de masas congeladas del grupo, participaba también de esa fusión. Las participadas en menor porcentaje por Panasa también cuelgan de esta nueva estructura, como la portuguesa Nutriva Berlys, en la que tomó un 50% del capital en julio de 2010, o la canaria Industria Panificadora José Sánchez Peñate, en la que participa con un 15% desde septiembre de 2010. Mientras, los objetivos del grupo continúan inalterados, con el foco en el potencial de crecimiento por sustitución de la línea de negocio de temperatura negativa, así como crecer a través de la incorporación de operadores líderes en masas congeladas en mercados con alto potencial de crecimiento, si bien hasta la fecha el grupo no ha comunicado ninguna novedad en este sentido.
En su primer ejercicio completo, cerrado el pasado mes de marzo, la facturación de la división de congelado de Berlys Corporación Alimentaria incrementaba su peso en el consolidado del grupo hasta el 71,4% del total. En el capítulo de inversiones, el grupo ha declarado desembolsos por valor de 10 M€, destinados principalmente a mejoras productivas. Desde marzo y hasta la fecha, las inversiones habrían alcanzado los 3,5 M€.
El capital riesgo continúa tomando posiciones
Tras la entrada en el accionariado Grupo Panasa y Europastry, durante 2013 el capital riesgo continúa tomando posiciones en el sector de masas congeladas. En esta ocasión, la compra-venta ha tenido como protagonista al quinto operador nacional, CSM Iberia, como integrante de la división de panadería del grupo holandés CSM. El pasado mes de marzo, CSM y el fondo Rhôhe Capital cerraban el traspaso de su división de panadería en Europa y Estados Unidos, en una operación valorada en 1,050 M€. En lo relativo a nuestro mercado, CSM Iberia mueve anualmente alrededor de 35.000 t y explota una planta de masas en Llorenç de Penedés (Tarragona), almacén y oficinas en Sant Joan Despí (Barcelona).
Otras de las compañías nacionales que continúa contando con el apoyo del capital riesgo en su accionariado es Bellsola, sexto operador nacional. Así quedaba patente tras la operación de recapitalización de su balance que tenía lugar a principios de 2013, cuantificada en 3,2 M€ entre ampliación de capital -756.304 €- y prima de emisión, y suscrita íntegramente por la familia Gallardo Ballart, presente en su accionariado desde 2003 a través de Landon Investments. Esta inyección financiera se destinaba en su conjunto a reducir la deuda de la compañía con entidades de crédito, cifrada según el último balance disponible, referente al ejercicio 2011, en 4,76 M€ a corto plazo y 4,52 M€ a largo.
La mejora de los ratios financieros de Bellsolá facilitará a la compañía continuar dando pasos para formalizar definitivamente el proyecto de ampliación de sus instalaciones productivas de Aiguaviva (Girona), que preve incluir la construcción de un nuevo almacén de temperatura negativa y la instalación de maquinaria de producción adicional. Fuentes de la empresa indicaron a Alimarket que se están ultimando ya los últimos trámites para obtener los permisos necesarios para afrontar estás inversiones, valoradas en un principio en más de 5 M€. Se tratan de proyectos estratégicos para la empresa desde el punto de vista del ahorro de costes, ya que actualmente subcontrata una parte significativa de su almacenamiento, y para ampliar su capacidad de producción y automatización.
Durante los últimos meses el sector también ha asistido a procesos de desinversión por parte del capital riesgo. Así, tras nueve años en el accionariado de Grup Lasem, Mercapital alcanzaba un acuerdo con los dos principales accionistas del grupo catalán, Josep Martí Pellise y Josep Betriu i Pi, para trasferirles su participación del 41,5% en el grupo.