Precio, sensaciones, salud y monoraciones
El reflejo de estos últimos años de crisis de consumo se ha dejado sentir, en paralelo a la práctica totalidad de los sectores, en el vector precio. La exigencia en este sentido continúa absolutamente vigente en el canal Horeca, tanto para productos básicos como para gamas de calidad. Más allá de esto, que puede considerarse una obviedad, aunque sea el mayor condicionante de la cadena de valor sectorial, hay algunas tendencias que continúan cobrando fuerza. Por un lado, el progresivo incremento de la identificación de la demanda del canal con la del canal convenience. El gasto de personal en una situación de crisis obliga a los gestores de Horeca a invertir el menor tiempo posible para terminar el producto, lo que supone ahorros en instalaciones, energía y formación. Así, más que nunca, los productos sencillos de acabar y los terminados tienen abiertas las puertas del segmento.
Por otro lado, la tendencia de producto en hostelería se dirigen a crear formatos progresivamente más pequeños e individualizados, con el foco puesto en la comodidad y la demanda saludable por parte del usuario y en la minimización de mermas de producto por parte del profesional. La industria tampoco olvida las últimas tendencias en alimentos saludables, que ayuden a equilibrar la dieta. Son los productos que incluyen fibra, cereales, bollería baja en grasas trans, etc. Por último, continúa siendo tendencia, especialmente en los establecimientos de mayor nivel, la oferta de productos que incidan en el aspecto emocional del consumo, que permitan experimentar con sabores nuevos e intensos.
A nivel multicanal, la batalla comercial en el mercado español de masas congeladas se continúa moviendo al ritmo de sus tres protagonistas principales, Europastry, con ventas consolidadas de 362 M€ en 2012, Grupo Panstar, que declara una facturación de 185,5 M€ y la división de congelado de Berlys Corporación Alimentaria, que declaró ventas de 157 M€ durante el pasado ejercicio. Sin embargo, desde el sector se apunta que el incremento de pequeños operadores con estructuras de costes ajustadas y un ámbito corto de actuación, que les permite ser eficientes en costes logísticos, está generando durante los últimos años el crecimiento de una nueva competencia local, también en foodservice. En este marco, las compañías de masas congeladas encuentran cada vez más dificultades para aumentar su portfolio de clientes en el ámbito nacional.
Los ejes principales de la estrategia del sector en España pasan por la mejora en los ratios de productividad y, en no pocos casos, por la reducción de márgenes comerciales. En paralelo, desde la industria se conjugan estos dos vectores con el desarrollo y el fomento de la penetración de una cartera de productos de valor añadido, y con un continuado esfuerzo por ganar presencia comercial fuera de nuestras fronteras.